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El Cadmio

Cadmio

En la naturaleza, el cadmio se suele encontrar conjuntamente con el zinc y se obtiene como derivado en los procesos de extracción del zinc y otros metales.

El cadmio se utiliza en la electro galvanización, las pilas, pigmentos para pintura y estabilizadores para plásticos, y en aleación con el cobre para revestimiento de cables telefónicos, cables de tranvía y electrodos de soldar.

El metal también es un frecuente contaminante de los abonos de fosfato y desde las aguas residuales. El cadmio llega al medio ambiente de las minas, las fundiciones, la industria eléctrica y las centrales de energía que queman combustibles fósiles. Las emisiones del metal al aire terminan cayendo al suelo, y el cadmio pasa a las plantas, y así a los seres humanos.

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El cadmio del suelo es absorbido por las raíces y luego dirigido a otras partes de la planta. La cantidad de cadmio absorbida por las plantas depende de una variedad de factores, que incluyen el pH del suelo, la concentración de otros minerales, como el calcio, en la tierra, y el uso de abonos fosfatados.

En general, la cantidad de cadmio en cereales, frutas y hortalizas cultivados en suelos no contaminados es pequeña. En zonas contaminadas, sin embargo, donde por ejemplo se han aplicado posos de aguas negras al suelo, pueden acumularse niveles importantes de cadmio en cereales como el arroz y el trigo, y en verduras de crecimiento rápido como las espinacas.

Como consecuencia del consumo de cereales y hortalizas que contienen cadmio, los animales que sirven de alimento humano casi siempre contienen un poco de metal.
  

En los animales, los niveles más altos de cadmio se encuentran en los riñones y en el hígado. El pescado suele presentar bajos niveles de cadmio; pero, crustáceos y marisco tales como ostras, langostas y cangrejos, sobre todo los que se crían en agua contaminada por la industria, pueden contener niveles muy altos (Lindsay y Sherlock 1982; Whanger 1982; Avridson 1983).

Asociado a la contaminación ambiental e industrial, es uno de los mayores tóxicos , ya que reúne las cuatro características básicas más peligrosas de un tóxico:

El cadmio es uno de los metales tóxicos emitidos al medio ambiente que más tiende a acumularse en los alimentos. La principal fuente de contaminación de cadmio en el ser humano es la ingesta de vegetales contaminados con este metal (Norvell et al. 2000).

El fenómeno de la lluvia ácida es de gran importancia en áreas industrializadas, ya que ésta disminuye el pH del suelo, y como consecuencia hace aumentar la absorción por parte de las plantas, es decir, la acumulación.

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ABSORCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DEL CADMIO

 

El cadmio entra en el cuerpo principalmente por el tracto gastrointestinal y el sistema respiratorio. La absorción gastrointestinal del metal es muy baja, del 4 % al 6 % en el hombre. Las dietas bajas en proteínas, calcio o hierro pueden aumentar la absorción de cadmio y exacerbar los efectos tóxicos del metal.

El cadmio absorbido en el intestino es transportado por la sangre a otros órganos, sobre todo al riñón y al hígado, donde se deposita un 50 % del metal.

La excreción del cadmio se realiza por la orina y las heces, y es muy baja en las personas normales, siendo la vida media biológica del metal de 10 a 13 años para el volumen total.

El cadmio se acumula con la edad; por ejemplo, al nacer tenemos muy poco, pero en los riñones del adulto hay niveles relativamente altos (Whanger 1982; Avridson 1983).

 

Sin embargo, varios factores, el estado nutricional inclusive, pueden alterar la toxicidad. Los individuos que consumen alimentos o agua preparados o almacenados en recipientes galvanizados, y los trabajadores de la industria que están expuestos al elemento, pueden ser especialmente sensibles a la intoxicación por cadmio (Lindsay y Sherlock 1982; Whanger 1982).

 

POTENCIAL NEUROTÓXICO DEL CADMIO

 

En animales experimentales se ha comprobado que el cadmio tiene efectos perjudiciales en el sistema nervioso periférico y central.

Las ratas a las que se les administra cloruro de cadmio en el agua durante períodos prolongados de tiempo muestran síntomas de neuropatía periférica que incluye debilidad en las patas traseras, atrofia muscular y degeneración de la mielina.

Otros estudios han revelado que la administración aguda de grandes dosis de cadmio puede producir lesiones hemorrágicas en los ganglios sensoriales en varias especies, como ratas, cobayas, hámsteres y ratones.

Las lesiones hemorrágicas en los ganglios provocadas por el cadmio se relacionan con daños en las células nerviosas que parecen ser secundarios a la destrucción vascular.

El cadmio también puede inhibir la transmisión de señales químicas a las uniones neuromusculares. Se cree que este efecto se debe a la inhibición del funcionamiento del calcio en la terminal nerviosa presináptica que reduce la liberación del neurotransmisor acetilcolina de las terminaciones nerviosas (Avridson 1983).
 

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En general, la barrera hematoencefálica limita la entrada de cadmio en el SNC. Sin embargo, el metal puede entrar fácilmente en el SNC en zonas donde dicha barrera está ausente, como en los plexos coroideos y en la pituitaria. La administración de cadmio produce lesiones hemorrágicas en el cerebro de ratas y conejos.

Sin embargo, la distribución de estas lesiones es distinta entre especies, produciéndose daños más pronunciados en el cerebelo de los conejos que en el de las ratas. Estas lesiones se acompañan de alteraciones degenerativas de nervios y células gliales adyacentes (Avridson 1983).

 

Patologías asociadas al cadmio

 

Por Ingesta:

Por Inhalación

 Nutrientes que pueden ayudar a su eliminación:

 

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